domingo, 15 de mayo de 2011

Tanto nadar para morir en la orilla.






Creo que después de la muerte de cochi me he quedado sin palabras, sin mucho que escribir. Aunque suene tonto después de esa noche en la que ví a mi mamá cargando a cochi desfallecido como que algo se me fue del cuerpo. Esa noche todo se juntó, se hizo chiquito, chiquito que pudó caber en mis ojos y tan oscuro que me lastimaban, por eso no deje de llorar desperadamente, me pellizcaba como queriendo despertar de ese mal sueño, de esa pesadilla que había tenido antes, pero que con certeza al despertar decía: 'ahh fue una pesadilla' y cochi estaba sobre mis pies durmiendo. Ya hacía mucho que algo no me dolía de esa manera y es es que la muerte no se reparte en un bien, nadie quiere saber de tristezas, nadie espera que un día te levantes y que veas tus pies tan desnudos que puedes sentir el frío en cada dedo que sientes que te hace falta un bulto, un bulto grande de amor, ese que cuando te veía lloraba de alegría, ese al que siempre le hacias falta y que siempre, siempre, no importaba nada, le gustaba estar contigo.

Me he sentado a redescubrirme y a esperar a que salgan las palabras pero por más que me esfuerze nadamás no. Ni siquiera sé por donde o qué poner o si es bueno seguirle dando vueltas a 'eso' o más bien ni sé lo que pasa.

Y es que traigo el corazón lleno de tiliches, de cosas que dejó cochi por ahí tiradas en todo mi cuerpo. Debo de comenzar por ahí. Por quitar lo entilichado que anda todo mi cuerpo. En cambio mejor me pondré a leer y releer los mails que últimamente me envía (: y los libros que recoméndome; porque esto va que vuela para terminar envueltos un día en nuestros cuerpos leyéndonos poesía o a Juan Rulfo, ya en el mejor de los casos a Cortázar.

Nos volveremos amantes pues. De esos que sienten que lo saben todo, que se pueden perder días, semanas o meses en la inmensidad de la mierda del mundo, pero que cuando nos busquemos, nos encontremos con las miradas cruzadas de deseo, de poder adquirir satisfacción total y completa en todos nuestros sentidos. Degustar una buena historia después de haber terminado de comenzar a 'conocernos'.

-¿Me estas analizando?
-¿Me vas a pagar? Porqué sólo en caso de que me pagues te analizaré.





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