domingo, 23 de marzo de 2014

A quien gana buscarás, que quien pierde, él volverá.


Los pies aferrados en la pared que daba a ese gran agujero negro, se sentían entumecidos ya por el esfuerzo que hacian por mantenerme sostenida, los brazos tan abiertos para balancearme al dar un paso; lamíame los labios resecos por el miedo de caer, traía puesto ese  vestido azul con dibujos verdes, pensé que era curioso el destino que me habían marcado desde ese día. Era muy irónico que todo comenzo con el vestido y que todo terminaría con él también. Recuerdo ese día como si no tuviera tanto, ese horrible día que lo conocí. Las miradas se cruzaron 3, 4 veces, traía ese vestido azul con los dibujos verdes secos, un vestido sin duda peculiar, bonito no, peculiar, fue la peor elección que pude haber hecho. Cuando lo vi cruzar la antesala recordé y me maldecí por haber escogido ese vestido, el cual elegí porque de muy mala gana asistí a esa fiesta, mi plan del día consistía en escoger una película y comer hasta las 2 am, sin embargo me obligaron a salir y sin ganas de nada tomé ese vestido azul con dibujos verdes secos y el par de zapatos más a la mano. Él estaba platicando con una chica y las miradas se cruzaron por primera vez. Yo tomaba de la cerveza que me ofrecieron, eso dejo cabida para que sólo él viera mis ojos y dejará a su imaginación mi nariz y boca... Ese instante eterno que se cruzaron las miradas me recorrío como descarga eléctrica que tiré el vaso al suelo con un estruendo escandaloso y  segundos después tenía todas las miradas sobre mí y sobre el húmedo vestido azul, mi cara cambio en mil colores, lo sabia porque las orejas estaban tan calientes que hubiera podido calentarme el café de las mañanas con ellas, al levantar el vaso fue la segunda mirada cruzada, yo con un rojo carmín, no sólo en mis labios sino en mi rostro apenado por ser tan torpe aun sin siquiera conocerlo. Él sólo sonrió un poco y regreso la mirada a la chica que estaba de espaldas a mi, me imaginaba su rostro y pensaba seguro es muy bonita porque alguien tan atractivo como él debe de estar con la chica más bonita de esta fiesta.  Recogí el vaso y me dirigí al baño a tratar de secar el vestido azul, me moría de la vergüenza y me repetía que debí haber estado viendo la película y comiendo en la comodidad de mi cama... Recorrí el pasillo con el rostro de tono normal y actué como si nunca hubiera pasado nada, tomé otro vaso de cerveza y casi inconscientemente volteé hacia a él y él hacia mi, apenas esa milesima de segundo y regreso la mirada a ella dijo como 3 palabras y camino por la antesala... Fue ahí cuando me lamenté por haber utilizado ese vestido azul con dibujos verdes secos tan peculiar. Fue ahí donde comencé a morirme lentamente consumida por la inminente posibilidad de un amor desaforado... Pude haberme escapado del destino en ese instante me hubiera ahorrado las medias rotas al menos un par de ocasiones con las ideas locas que se le ocurrían, "debemos de saltar esa valla ahora" decía "ahora mismo, tiene que ser ahora" y yo con una falda y medias "¿Cómo ahora?" le preguntaba con el estúpor de su vista sobre la mía "Sí ahora" y me tomaba de la mano para saltar la valla, adiós medias nuevas.

martes, 11 de marzo de 2014

¡A buen bosque vas por leña!


Así...Reposando en la memoria de los recientes días, así de entre la comisura de sus dientes,
de esa sonrisa inocua, del pálido tono de su tez y la miel de sus ojos.
Así recorriendo los dedos en mi cabello,  atravezándome con la mirada, 
con su sonrisa y con ese beso en la mejilla.
Así fue como recobré el semblante, el de la felicidad, el de sentirme
viva, viva al lado de él.


Y así es como quiero quedarme... Recargada en su pecho.