domingo, 19 de junio de 2011

Muchos días.



Segunda, tercera, décima, la verdad es que no importa mucho cuantas veces se haya caído toda la barrera de los efímeros e intimos sentimientos que se han arraigado entre tantos escombros y tantas miradas, palabrerías y destinos cruzados. Inescrutables paradojas siempre una y otra vez recorren como pequeñas hormigas que van tejiendo este insulso abrigo para el invierno.

Estas visiones cual días nublados, grises y lluviosos, escalan toda la memoria temporal en donde encuentran una y otravez esa cara de migajón que le sabe sonreir a todos los pequeños niños cirqueros y los enanos que esperan en las esquinas de cada calle desolada y abandonada. Sin regreso a ningún lugar sólo se escuchan los zapatos que retumban una y otra vez cual tambor en toda mi mente, en donde descubro que sigo clavada en la cajita.