jueves, 11 de agosto de 2011

No te rías de quien se ahogó, si aún no has cruzado el río...


Continuando siempre por la misma línea de tristeza, nostalgia, melancolía y depresión sigo caminando, pero esta vez con esa efímera esperanza que de vez en cuando surgen. De esas contradictorias, de las que se sienten bien culeras en la panza (y no mariposas como todos dicen); me hallo como casi siempre liada de pura proyección de circunstancias ridículas, quiméricas y a la vez tan agradables (así es agradable, un adjetivo que ahora signifícame más que otros días).


Y es raro, porque casi siempre cuando tengo esas ganas locas de escribir es porque me siento incentivada por emociones ligadas a (casi siempre) una o más personas determinadas. Aunque lo burlesco es que ahora esa persona sea una, que para empezar ubicaba de mucho tiempo, y que de hecho me daba un gusto que estuviera con otra persona; pero para no perder la costumbre, de siempre andar jodiéndome la vida con situaciones pendejas, como que idealice algo, claro con esa tendencia que tengo por el físico (como si eso siempre me garantizará que son las personas más dulces y perfectas), idealice algo utópico, efímero e incluso chusco. ¿Utópico? más bien utopía es donde ojalá los dos terminemos.


Porque sin mentir sé que él esta tan endeble, deleznable e incauto que yo, incluso tan deseoso de encontrar un kibbutz del deseo más que nunca y más que siempre. Ya que no fue casualidad el acercarnos poco a poco para terminar por 'tropezar' y saludarnos como sorprendidos de que no nos hubiéramos visto, sí de esas situaciones incomodas ridículas y de lo más tontas para flirtear, pero que si piensas en ellas te da risa tu actitud para con esa persona. Qué chistoso tan compatibles que somos sólo por fingir amor hacía esa pareja de personas!

¡Ah pero que pinche ridícula e impredecible es la vida!



Y ahora me siento así como toda estúpidamente feliz, todo está padre como cuando me deprimo escuchando Portishead y me pongo a pensar en que vendrá al CC11, eso sí me da un buen de tristeza. Mínimo voy a tener que andar drogada para disfrutar la música.

No hay comentarios: